El debate sobre el uso o no uso de las reservas es importante, pero hasta ahora la discusión parlamentaria ha girado alrededor de las formas institucionales.
El Gobierno y sus aliados festejaron el jueves pasado el traspié que impidió a la oposición rechazar el pliego de Marcó del Pont al frente del Banco Central.
Dos senadoras decidieron cruzar el charco luego de ingentes gestiones oficiales. La oposición denunció la compra de voluntades. Esta semana está prevista otra sesión en la cual el Senado trataría la ley de coparticipación del Impuesto al Cheque. Otra vez, la tarea oficial y opositora se concentra en sumar los 37 votos que darían el triunfo.
Se puede afirmar que nadie parece preocuparse por los debates de fondo y tampoco por los problemas urgentes.
Según el Indec, la inflación de febrero alcanzó el 1,2%, la más alta en los últimos cuatro años. Parece mucho, pero es insignificante frente al crecimiento real que han tenido los precios en los últimos meses. La mayoría de los estudios privados y de las provincias que no siguen los designios oficiales, arrojan resultados que duplican esa inflación.
La proyección anual de lo ocurrido en los últimos tres o cuatro meses arroja una inflación superior al 30% para el 2010. El alza de la canasta básica de alimentos es aún mayor: según algunos estudios privados sería del orden del 70% en el último año.
¿Qué debería ocurrir para que el Gobierno dejara de negar lo evidente? ¿Por qué la oposición elude el tema, o solo lo menciona para las noticia de los diarios?
La responsabilidad primaria sobre la gestión es del Ejecutivo, pero el resto del arco político no puede obviar esa realidad.
Respecto al debate sobre el uso o no de las reservas es muy importante; pero hasta ahora la discusión parlamentaria ha girado alrededor de las formas institucionales: si corresponde una Ley en lugar de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), o si se respetan las Normas Constitucionales, o la Carta Orgánica del Banco Central y/o la Independencia de la Justicia para Fallar sobre los Recursos Presentados.
Son debates cruciales para que funcione la República y la División de Poderes. Lo que es cierto es que la Presidente Cristina Kirchner ha rebasado límites que ponen en riesgo la convivencia en una democracia, y que la oposición no ha logrado hacer pie para encauzar el conflicto político.
Por eso las urgencias económicas y sociales del país siguen a la deriva.
En la semana que pasó, la Corte Suprema y la Iglesia se pronunciaron en direcciones similares: tratar de bajar el nivel de conflicto y buscar el acuerdo y la negociación. En esta semana es probable que tres entidades empresarias avancen con una declaración similar: los titulares de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Sociedad Rural (SR) y la Asociación Empresaria Argentina (AEA), intentan calmar los ánimos que se exaltan en la política y que más tarde o más pronto, commenzarán a afectar la marcha económica.
Los pronósticos o proyecciones del 2010 son bastante positivos, pero el mundo de los negocios teme que el conflicto político termine afectando la recuperación. La inflación -sin duda- causa hoy el mayor temor.
El Gobierno procura sostener otro año de crecimiento con un gasto público que crece a un ritmo del 30%. Para esto, y para que cierren los números fiscales y compromisos de la deuda, necesita si o si los 6.500 millones de dólares de las Reservas del Banco Central.
En caso de que esos recursos le fueran negados, se vería obligado a congelar los gastos o partidas destinadas a la obra pública y los subsidios (energía, transporte, etc.), además de afectar los fondos para el subsidio social.
No es casual que la Presidente acuse a la oposición de promover un Ajuste Fiscal por el rechazo a los DNU de las reservas. El objetivo oficial no repara en los efectos negativos de un gasto público que se dispara: la ya mencionada inflación, pero también hay que decir que es positivo para la competitividad de la producción argentina.
El Gobierno y sus aliados festejaron el jueves pasado el traspié que impidió a la oposición rechazar el pliego de Marcó del Pont al frente del Banco Central.
Dos senadoras decidieron cruzar el charco luego de ingentes gestiones oficiales. La oposición denunció la compra de voluntades. Esta semana está prevista otra sesión en la cual el Senado trataría la ley de coparticipación del Impuesto al Cheque. Otra vez, la tarea oficial y opositora se concentra en sumar los 37 votos que darían el triunfo.
Se puede afirmar que nadie parece preocuparse por los debates de fondo y tampoco por los problemas urgentes.
Según el Indec, la inflación de febrero alcanzó el 1,2%, la más alta en los últimos cuatro años. Parece mucho, pero es insignificante frente al crecimiento real que han tenido los precios en los últimos meses. La mayoría de los estudios privados y de las provincias que no siguen los designios oficiales, arrojan resultados que duplican esa inflación.
La proyección anual de lo ocurrido en los últimos tres o cuatro meses arroja una inflación superior al 30% para el 2010. El alza de la canasta básica de alimentos es aún mayor: según algunos estudios privados sería del orden del 70% en el último año.
¿Qué debería ocurrir para que el Gobierno dejara de negar lo evidente? ¿Por qué la oposición elude el tema, o solo lo menciona para las noticia de los diarios?
La responsabilidad primaria sobre la gestión es del Ejecutivo, pero el resto del arco político no puede obviar esa realidad.
Respecto al debate sobre el uso o no de las reservas es muy importante; pero hasta ahora la discusión parlamentaria ha girado alrededor de las formas institucionales: si corresponde una Ley en lugar de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), o si se respetan las Normas Constitucionales, o la Carta Orgánica del Banco Central y/o la Independencia de la Justicia para Fallar sobre los Recursos Presentados.
Son debates cruciales para que funcione la República y la División de Poderes. Lo que es cierto es que la Presidente Cristina Kirchner ha rebasado límites que ponen en riesgo la convivencia en una democracia, y que la oposición no ha logrado hacer pie para encauzar el conflicto político.
Por eso las urgencias económicas y sociales del país siguen a la deriva.
En la semana que pasó, la Corte Suprema y la Iglesia se pronunciaron en direcciones similares: tratar de bajar el nivel de conflicto y buscar el acuerdo y la negociación. En esta semana es probable que tres entidades empresarias avancen con una declaración similar: los titulares de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Sociedad Rural (SR) y la Asociación Empresaria Argentina (AEA), intentan calmar los ánimos que se exaltan en la política y que más tarde o más pronto, commenzarán a afectar la marcha económica.
Los pronósticos o proyecciones del 2010 son bastante positivos, pero el mundo de los negocios teme que el conflicto político termine afectando la recuperación. La inflación -sin duda- causa hoy el mayor temor.
El Gobierno procura sostener otro año de crecimiento con un gasto público que crece a un ritmo del 30%. Para esto, y para que cierren los números fiscales y compromisos de la deuda, necesita si o si los 6.500 millones de dólares de las Reservas del Banco Central.
En caso de que esos recursos le fueran negados, se vería obligado a congelar los gastos o partidas destinadas a la obra pública y los subsidios (energía, transporte, etc.), además de afectar los fondos para el subsidio social.
No es casual que la Presidente acuse a la oposición de promover un Ajuste Fiscal por el rechazo a los DNU de las reservas. El objetivo oficial no repara en los efectos negativos de un gasto público que se dispara: la ya mencionada inflación, pero también hay que decir que es positivo para la competitividad de la producción argentina.
Para la mayoría de los economistas, los Mercados aprueban el uso de las Reservas para el Pago de la Deuda, lo que generó una Baja del Riesgo País, que coincide con menos expectativas devaluatorias en los mercados a futuro del peso en Nueva Y0rk.
Si el gobierno se tienta a usar de ancla de la inflación a la cotización del dólar, en tanto los precios internos se disparan, así como los salarios de los sectores con mayor capacidad de negociación, la Argentina se encaminaría a otra encrucijada explosiva, con un dólar atrasado y precios en una olla a presión: los dólares de la soja quizás ayuden a sortear las dificultades y desajustes económicos del 2010, pero hacia adelante, este gobierno o el próximo, deberá enfrentar situaciones inevitables: sincerar los precios, sincerar también la pobreza y la mayor exclusión social.
Pese a los esfuerzos realizados por la autoridad monetaria para mantener la calma en el sector cambiario, febrero concluyó con una fuga de capitales aún mayor a la prevista originalmente.
En efecto, un estudio del equipo de economistas del Banco Ciudad calculó que se evaporaron a través del mercado cambiario nada menos que 1.200 millones de dólares, monto superior al originalmente estimado que orillaba los 1.000 millones de la misma moneda.
De acuerdo a la misma fuente, la actual fuga posee "un ritmo que, anualizado, supera la velocidad de salida de capitales que operó durante el 2009, año en que la monetización de la economía se paralizó, el crédito se achicó -ambos medidos en términos reales- y la economía entró en recesión".
Según diversas consultoras, la tendencia a la fuga de capitales se había frenado en noviembre del año pasado y desde ese mes, el Banco Central compró unos 300 millones de dólares mensuales de promedio.
Podemos decir que de seguir así la inestabilidad política va a afectar a la economía, y que en estos momentos ciertos rubros ya lo están haciendo, pues lo estamos sufriendo. Podemos afirmar que por primera vez el Gobierno se sintió acorralado esta semana y se lanzó hacia adelante en varias direcciones.
A los jueces el diputado kirchnerista Alejandro Rossi, los acusó de aristocratizantes y pidió investigar a sus parientes, a los clubes que van y a qué colegios asisten sus hijos. Otro diputado prefirió eludir la lucha de clases y apuntó a que los jueces tienen que "acomodar sus fallos al modelo de país que está en marcha".
Esta frase es sumamente peligrosa porque se supone que la Justicia tiene que fallar de acuerdo con la ideología del poder y no por el Código Civil, Penal o Comercial., es decir, por las Leyes de Fondo.
La Iglesia pidió moderación a todo el "arco político", pero Aníbal Fernández se dio por aludido y contestó: "deben ocuparse más de lo espiritual que de lo terrenal".
Estos tiempos muestran temores que antes no existían. Se pagó un vencimiento de deuda a acreedores privados por diecisiete millones de dólares. El cheque se hizo con "recursos propios" porque nadie quiso poner la firma a un pago con Reservas del Banco Central de la República Argentina. La preocupación de Ministro Boudou, es no pasar los próximos años en Comodoro Pi.
El Gobierno, mientras tanto, logró que la oposición no tuviese los votos suficientes para rechazar la designación de Mercedes Marcó del Pont en el Banco Central.
En el Senado se vienen tiempos difíciles donde "todo vale" y puede quedar paralizado, tanto para aprobar leyes como para rechazar los DNU.
Las palabras de Néstor Kirchner diciendo que estarían hasta el 2020, mostraban su preocupación, es decir, impedir que al árbol peronista no se le desprendan más ramas.
Se pidió una movilización masiva hacia el Congreso, y hacia Ferro. No se logran reunir en ningún acto más de treinta mil personas y los ideólogos de Olivos señalaron que sólo movilizando quinientas mil, como hace Hugo Chávez se puede torcer el rumbo de los acontecimientos.
Por eso Cristina cuando se reunió con la CGT se acercó a Armando Cavalieri y a Oscar Lezcano y les dijo: "quiero y necesito que me acompañen". Hugo Moyano señaló: "no van a sacar los pies del plato por lo menos hasta marzo del 2011, después es otra historia".
Para que mantuviesen los pies donde están el ministro Manzur se comprometió a ir pagando a las obras sociales en cuotas. El monto inicial llega a mil millones de pesos.
También en esta carrera contrarreloj se trató de evitar un acercamiento entre la UIA, la AEA y el Campo.
La ministra de Industria y Turismo Débora Giorgi pidió que la invitaran a la UIA. Muchos empresarios faltaron, el vicepresidente Luis Betnaza; Federico Nicholson, Guillermo Moretti, el secretario José Ignacio de Mendiguren que tenía hora con el odontólogo y el vocal Juan Carlos Lascurain. Giorgi estaba asombrada frente a los asientos vacíos.
Alguien agregó, si venía Julio De Vido estaban todos. De cualquier manera la UIA impulsará un documento conjunto con el sector agropecuario donde se pedirá cordura, diálogo y se defenderá la división de poderes.
Las estimaciones de las cosechas de maíz y soja; el superávit comercial que se ubica por encima de los catorce mil millones de dólares, los bonos ligados al crecimiento en suba hace que todos festejan en el mercado de que van a cobrar. Aunque la otra cara sigue siendo la inflación y el déficit de las provincias.
En efecto, un estudio del equipo de economistas del Banco Ciudad calculó que se evaporaron a través del mercado cambiario nada menos que 1.200 millones de dólares, monto superior al originalmente estimado que orillaba los 1.000 millones de la misma moneda.
De acuerdo a la misma fuente, la actual fuga posee "un ritmo que, anualizado, supera la velocidad de salida de capitales que operó durante el 2009, año en que la monetización de la economía se paralizó, el crédito se achicó -ambos medidos en términos reales- y la economía entró en recesión".
Según diversas consultoras, la tendencia a la fuga de capitales se había frenado en noviembre del año pasado y desde ese mes, el Banco Central compró unos 300 millones de dólares mensuales de promedio.
Podemos decir que de seguir así la inestabilidad política va a afectar a la economía, y que en estos momentos ciertos rubros ya lo están haciendo, pues lo estamos sufriendo. Podemos afirmar que por primera vez el Gobierno se sintió acorralado esta semana y se lanzó hacia adelante en varias direcciones.
A los jueces el diputado kirchnerista Alejandro Rossi, los acusó de aristocratizantes y pidió investigar a sus parientes, a los clubes que van y a qué colegios asisten sus hijos. Otro diputado prefirió eludir la lucha de clases y apuntó a que los jueces tienen que "acomodar sus fallos al modelo de país que está en marcha".
Esta frase es sumamente peligrosa porque se supone que la Justicia tiene que fallar de acuerdo con la ideología del poder y no por el Código Civil, Penal o Comercial., es decir, por las Leyes de Fondo.
La Iglesia pidió moderación a todo el "arco político", pero Aníbal Fernández se dio por aludido y contestó: "deben ocuparse más de lo espiritual que de lo terrenal".
Estos tiempos muestran temores que antes no existían. Se pagó un vencimiento de deuda a acreedores privados por diecisiete millones de dólares. El cheque se hizo con "recursos propios" porque nadie quiso poner la firma a un pago con Reservas del Banco Central de la República Argentina. La preocupación de Ministro Boudou, es no pasar los próximos años en Comodoro Pi.
El Gobierno, mientras tanto, logró que la oposición no tuviese los votos suficientes para rechazar la designación de Mercedes Marcó del Pont en el Banco Central.
En el Senado se vienen tiempos difíciles donde "todo vale" y puede quedar paralizado, tanto para aprobar leyes como para rechazar los DNU.
Las palabras de Néstor Kirchner diciendo que estarían hasta el 2020, mostraban su preocupación, es decir, impedir que al árbol peronista no se le desprendan más ramas.
Se pidió una movilización masiva hacia el Congreso, y hacia Ferro. No se logran reunir en ningún acto más de treinta mil personas y los ideólogos de Olivos señalaron que sólo movilizando quinientas mil, como hace Hugo Chávez se puede torcer el rumbo de los acontecimientos.
Por eso Cristina cuando se reunió con la CGT se acercó a Armando Cavalieri y a Oscar Lezcano y les dijo: "quiero y necesito que me acompañen". Hugo Moyano señaló: "no van a sacar los pies del plato por lo menos hasta marzo del 2011, después es otra historia".
Para que mantuviesen los pies donde están el ministro Manzur se comprometió a ir pagando a las obras sociales en cuotas. El monto inicial llega a mil millones de pesos.
También en esta carrera contrarreloj se trató de evitar un acercamiento entre la UIA, la AEA y el Campo.
La ministra de Industria y Turismo Débora Giorgi pidió que la invitaran a la UIA. Muchos empresarios faltaron, el vicepresidente Luis Betnaza; Federico Nicholson, Guillermo Moretti, el secretario José Ignacio de Mendiguren que tenía hora con el odontólogo y el vocal Juan Carlos Lascurain. Giorgi estaba asombrada frente a los asientos vacíos.
Alguien agregó, si venía Julio De Vido estaban todos. De cualquier manera la UIA impulsará un documento conjunto con el sector agropecuario donde se pedirá cordura, diálogo y se defenderá la división de poderes.
Las estimaciones de las cosechas de maíz y soja; el superávit comercial que se ubica por encima de los catorce mil millones de dólares, los bonos ligados al crecimiento en suba hace que todos festejan en el mercado de que van a cobrar. Aunque la otra cara sigue siendo la inflación y el déficit de las provincias.